Lámpara

Señor, gracias por tu Palabra, porque ilumina mi sendero, me da la claridad para seguir tus pasos. Amén.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”
Salmo 119:105

Si andamos en un lugar oscuro sin una linterna, lo más posible es que choquemos fácilmente con diversos obstáculos, incluso corremos el peligro de caer en alguna trampa profunda, de donde salir sea muy difícil. Tal vez llegue el momento en que no podamos avanzar y quedemos inmóviles sin saber a dónde ir.

Así está este mundo hoy en día, lleno de oscuridad, lleno de trampas y de lugares oscuros. El más perverso lugar es el mismo corazón del hombre, entenebrecido cuando no tiene la luz de Cristo en su vida.

Sino queremos caminar en esta oscuridad, primero debemos tomar la luz de la salvación en Cristo, por medio de la fe en su muerte y resurrección, y luego tomar su Palabra como lámpara que alumbra en medio de la oscuridad.

Es decir, su Palabra nos va guiando en cada decisión, en cada proyecto que emprendemos y en cada dificultad que enfrentemos.

Así que estemos atentos a la escritura, ya que «como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” (2 Pedro 1:19); escrudiñemos cada enseñanza, adoptemos sus principios a toda situación, y cuando parece que la noche está más oscura, su Palabra alumbre nuestro entendimiento por medio de su Espíritu, para mirar en medio de la oscuridad con los ojos de la fe y seguir adelante.