La vieja levadura
2021-06-25
1. Oración inicial
«Padre, guíame con tu Santo Espíritu, en la luz de tu Palabra, a vivir una vida de verdadera piedad, practicando el amor a mi prójimo; quita de mi corazón toda hipocresía y fanatismo religioso, para que ahora viva como el nuevo hombre que ha nacido de nuevo por medio de la fe en Jesucristo. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.”, Mateo 16:11-12
3. Reflexiona
La levadura de los fariseos y saduceos representa la hipocresía religiosa (Lucas 12:1), que se da cuando nos mostramos externamente piadosos y cumpliendo ritos, pidiendo a los demás que cumplan los mandamientos y observancias que exige la ley, pero con un corazón alejado de Dios.
El Señor Jesús explicaba que estos religiosos se sentaban sobre lo enseñado por Moisés, pero no hacían lo que decían (Mateo 23:2-3), atando cargas pesadas en los demás que ni ellos mismos eran capaces de llevar, pero se mostraban públicamente buenos y pretendían ser llamados maestros. (Mateo 23:4-6).
El Señor Jesús los denuncia contundentemente porque no dejan que la luz de Cristo alumbre los corazones de las personas, por eso les dice: “Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.” (Mateo 23:13).
Hoy en día vemos a muchos religiosos haciendo lo mismo, pero también nosotros hemos caído muchas veces en esta hipocresía, teniendo un conocimiento equivocado acerca del mensaje que nos entregó nuestro Señor Jesucristo. El evangelio no se trata de que seamos hombres viejos mejorados, o una mejor versión de nosotros, tampoco viejas costumbres mezcladas con nuevas costumbres y menos una mezcla entre ley y gracia, sino que se trata entonces de aceptar que somos personas nuevas, listas para experimentar el perdón que Cristo nos dio en la cruz y como consecuencia, no tenemos que permanecer practicando ningún pecado fruto de la vieja naturaleza. Debemos por tanto, identificarnos como nuevas criaturas que han sido recreadas en la fe de Cristo.
Por esto, hablando acerca de un pecado que sucedió en la iglesia primitiva, Pablo por el Espíritu Santo dice: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” (1 Corintios 5:7)
Hermanos, estamos llamados a quitar de nosotros toda idea que pretenda cambiar nuestra forma de pensar y de actuar conforme a la Palabra de Dios, o cualquier tendencia que quiera llevarnos a apartarnos de la fe pura y sincera en Cristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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