La vida es un instante
2023-07-13
1. Oración inicial
«Padre de la gloria, hazme comprender por medio de tu palabra que solo Jesucrito basta para tener una vida plena y con propósito. Permíteme experimentar la llenura del alma al caminar día a día de tu mano. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“El fin de todo el discurso oído es este: teme a Dios y guarda sus mandamientos porque ese es el todo del hombre”, Eclesiastés 12:13
3. Reflexiona
Del autor de este libro, que es el Rey Salomón (cuyo nombre significa el predilecto de Dios), sabemos que fue uno de los reyes más gloriosos, poderosos y sabios de la tierra. A la edad entre 18-20 años, cuando su padre David había muerto y él había sido elegido como rey de Israel, Salomón tuvo la posibilidad de pedir a Dios lo que quisiera; él pidió una sola cosa: sabiduría para gobernar al pueblo. A Dios le agradó mucho esta petición y así respondió: “he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.” (1 Reyes 3:12-13).
Todo esto se cumplió, sin embargo y tras toda su gloria, llegando a la vejez abandonó los caminos del Dios verdadero y se entregó a la idolatría junto con sus casi 700 esposas y 300 concubinas que adoraban dioses deplorables. Algunos autores mencionan que Salomón escribió Proverbios en su juventud, mientras conservaba su integridad, y que redactó Eclesiastés cuando ya era viejo y, por la gracia de Dios, se había recobrado de su apostasía (es posible, pero la Biblia no menciona tal recuperación). Sea como sea Salomón, quien además de obtener el don de la sabiduría divina experimentó por sí mismo los extremos de esta vida (la sabiduría y la necedad, la riqueza y la pobreza, la santidad y el pecado, el amor a Dios y la completa apostasía), da testimonio que en esta vida pasajera, la cual se desvanece en un instante, lo único que contará realmente es que hayamos temido a Dios y guardado sus mandamientos; sus mandamientos que empiezan por la fe en Jesucristo como nuestro único Salvador y el temor a Dios que solo logramos mediante una relación íntima de amor con nuestro Creador.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn