La vida es un instante
2023-01-28
1. Oración inicial
«Padre Santo ayúdame a comprender por medio de tu palabra que la vida es efímera y que tengo poco tiempo para concentrarme en lo eterno y en hacer tu voluntad mientras pueda. Líbrame de perderme en la vanidad del mundo y de la carne. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“El fin de todo el discurso oído es este: teme a Dios y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12: 13
3. Reflexiona
Salomón a quien se le atribuye la autoría del libro de Eclesiastés, era un joven sabio, atractivo, amable y querido entre la gente, fue uno de los reyes más gloriosos de Israel durante 40 años. Salomón inició su reinado en rectitud y dependencia al Dios verdadero y Dios además de darle un corazón sabio y comprensivo como nadie nunca lo tuvo jamás, le dio también muchas riquezas y fama al punto que ningún otro rey del mundo se pudo comparar con Salomón mientras este vivió. Lastimosamente al final de su reinado decidió desviar su corazón y se entregó a la idolatría y a vivir una vida completamente pasional y alejada del Todopoderoso.
No sabemos si se arrepintió y volvió a los brazos de Dios algún día, sin embargo y según él mismo escribe al inicio de este maravilloso libro, pudo sacar la enseñanza más importante de todo lo que vivió: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” Eclesiastés 1:2b; concluyendo de esta manera que: “El fin de todo el discurso oído es este: teme a Dios y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12: 13. El hombre con más poder, riquezas y gloria de su época nos está diciendo que no vale de nada ganar el mundo si perdemos nuestra relación de amor y dependencia al Dios verdadero, solamente Dios le puede dar sentido eterno a nuestro efímero paso por la tierra.
Las enseñanzas de Salomón y la numerosa lista de ricos y famosos que al no encontrar el verdadero sentido de la vida optan por ponerle fin, nos muestran que las cosas en que los hombres suelen poner su felicidad como son la erudición, la política, los placeres de los sentidos, el honor, el poder y las riquezas, son realmente vanas, si ponemos nuestro corazón en tales cosas, al igual que ellas, nuestro corazón se perderá. Si ponemos nuestro corazón en lo eterno y en lo que permanece para siempre: Dios y su palabra, entonces trascendemos y nuestro paso por la tierra será tan solo la antesala de un reino eterno y maravilloso, planeado por Dios para el disfrute de nosotros, su amados hijos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn