La vida de Cristo
2016-02-11
1. Oración inicial
Señor, llévame nuevamente a los primeros días en que te conocí, llévame al primer amor, a entender que al estar contigo cada día me hará conocerte y experimentar la plenitud de vida, porque en tu presencia hay plenitud de gozo y delicias a tu diestra. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado».
«Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo».
3. Reflexiona
¿Qué es todo lo que el ser humano necesita? La vida de Cristo. No basta con recibirlo inicialmente en nuestro corazón, necesitamos experimentar diariamente la realidad de conocerle y caminar con Él en una relación vibrante, íntima y personal. Por eso Él nos define su vida, como la vida eterna, la vida en abundancia: “que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado”. Cuando comenzamos a poner ese verdadero objetivo en nuestra vida todas las cosas pierden su atractivo, todas las demás cosas son basura comparadas con el conocimiento de Jesús, como expresaba el apóstol Pablo.
¿Por qué he de revolcarme en la basura cuando el Señor ha puesto una mesa delante de mí con un suculento banquete? Tenemos que aprender a descansar plenamente en Cristo, que vive en cada uno de nosotros, y quien ya hizo todo, y nos ha dado todo lo que necesitamos. Una vida abundante se caracteriza por la experiencia de que Cristo resucitado vive en y a través de nosotros.
Pidamos la llenura del Espíritu, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Ser llenos del Espíritu es ser totalmente lleno del conocimiento, del amor y la gracia de Dios en Jesucristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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