La verdadera armadura
2016-11-27
1. Oración inicial
Señor, hoy me dispongo para que tu verdad, justicia, fe, palabra, y Espíritu actúen en mí y me den firmeza para no caer ante las asechanzas del enemigo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;», Efesios 6:10-18
3. Reflexiona
Es determinante en nuestras vidas saber que existe un mundo espiritual, y que el enemigo tiene a millones de demonios, organizados en diferentes rangos, encargados de robarnos, matarnos y destruirnos. El Señor Jesús vino a dejar expuestas y destruir las obras del diablo. Si estamos en Cristo y andamos en su Palabra no tenemos por qué temer, tenemos la victoria y su protección. Pero diariamente a todo lugar donde vayamos y en todo lo que planeemos hacer, andemos y digamos la verdad, actuemos con justicia, pues somos hijos del Justo, y hemos sido justificados a pesar de nuestros pecados, por tanto no nos sintamos en culpabilidad, sino que corrijamos nuestros errores y sigamos adelante, siempre atentos a cualquier oportunidad de compartir la vida eterna que habita en nosotros, esto es el evangelio. Todos los días estudiemos su Palabra y meditemos en ella para que nuestra fe crezca y ante todo argumento de mentira del diablo o el mundo, tengamos en nuestra mente y corazón una palabra o versículo que derribe ese argumento mentiroso que puede causar tantas heridas si lo creemos. Nunca olvidemos que hemos sido salvados por el amor de Dios en Cristo y que su Palabra es la verdad con la que podemos vencer y andar guiados por su Espíritu. Este es el verdadero escudo, no es un acto religioso que hacemos en la mañana antes de salir, es un conocimiento y una verdad que está escrita y debemos practicar a diario.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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