La unción divina. Parte 2
2015-09-15
1. Oración inicial
Padre, úngeme con el más fresco de los oleos, Úngeme con tu Santo Espíritu, quiero predicar con poder las buenas nuevas del cielo, dar vista a los ciegos, libertad a los cautivos del pecado, llevar manto de alegría al abatido de corazón, porque solo Tú llenas el gran vacío del ser humano. Te amo Señor. Amen.
2. Lee la palabra de Dios
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”
3. Reflexiona
No puedes caminar con la unción de Dios si tienes orgullo en el corazón. Por eso saldrá gente a tu paso que te humille para que tu carne sea doblegada y puedas recibir la unción del Espíritu. La unción reside en quienes están muertos al yo. La unción Dios la da gratuitamente a quien Él quiere y a quien se la pida. El Señor conoce las intenciones de nuestro corazón y no le dará la unción a alguien que la busque para engrandecerse o jactarse de él mismo.
La unción es revestirse del poder del Espíritu Santo, para predicar el evangelio a un mundo perdido, para que a través de la Palabra se testifique que Cristo salva y sana.
La historia de Elías y Eliseo es figura de Jesús y la iglesia. Cuando Elías es transpuesto deja tirado el manto para Eliseo, que es figura de los discípulos que quieren la unción. Cuando Jesús subió al cielo les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que bajara el poder del cielo, es decir, el manto.
Jesús quería que con la misma unción que Él fue investido, fuéramos ungidos nosotros. Él dijo que haríamos cosas mayores de las que Él hizo. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12)
La pregunta es: ¿estamos dando libertad a los cautivos, libertad a los presos en sus pecados y proclamando la buena voluntad del Señor? La respuesta depende de cuan ungidos estemos
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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