La soledad del ser humano. Parte 1
2019-05-15
1. Oración inicial
Amado Dios, me postro en tu presencia, te ruego rescátame de la miseria emocional, de la soledad que agobia mi vida, y establece en mi corazón el firme propósito de creer en tus promesas; desechando la duda de que estoy solo. Tú estás conmigo, me das paz, sabiduría, firmeza y seguridad. Te amo Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”, Génesis 2:18
3. Reflexiona
Según el diccionario, la soledad es la carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Alguien dijo: “Es como una sombra que arrastramos por dentro, como un hueco en la ventana del alma por donde entra el frío, como la ausencia de algo que desde la eternidad perdimos”
Desde el principio, en el Edén donde Dios colocó al hombre con todo lo necesario para vivir, en ese lugar lleno de belleza y hermosura, Dios vio que el hombre estaba solo y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Fuimos creados para ir de dos en dos por el camino de la vida, compartiendo alegrías y tristezas, salud y enfermedad, la abundancia y la escasez, el pan y el agua, siempre en compañía y tomados de la mano. Hay nostalgia en el corazón cuando todos los puestos en nuestra mesa están vacíos, cuando nadie sonríe a nuestro lado, cuando no hay nadie quien escuche nuestras palabras.
Todos fuimos creados para amar, y vivir en compañía. La Biblia dice: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Eclesiastés 4:9-12), pues las vidas unidas con la bendición de Dios, ya no son dos, sino tres. La presencia de Dios habita en la unidad, Jesús dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Hermano, hay que aprender a estar en compañía, el salmista decía, miremos cuan bueno y delicioso es estar los hermanos juntos y en armonía, y termina con una promesa: porque allí envía Jehová, bendición y vida eterna. (Salmo 133:1).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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