La soberbia nos aleja de Dios
2016-09-05
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, quiero ser humilde como tú, dame hoy oportunidad para practicar la humildad con los que me rodean, solo tu amor y gracia me darán un espíritu humilde. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios”, Proverbios 16:18-19
3. Reflexiona
El orgullo de nosotros mismos, de nuestras posesiones, de nuestras habilidades, trae destrucción. La humildad ante Dios, ante otros y ante nosotros mismos, trae honor. El problema de ser soberbios es que no se tiene en cuenta las debilidades. Los soberbios pocas veces se dan cuenta de que la soberbia es un gran problema y es un gran obstáculo en su relación con Dios. Dios se deleita en enaltecer al humilde, pero desprecia al altivo.
El orgullo conduce a la caída, Lucifer deseó ser mayor que Dios y resultó en condenación, por eso la soberbia puede arruinar una vida e impide ver las necesidades de otros. El orgullo hace que solo nos centremos en nosotros mismos y en nuestros propios intereses. Una actitud orgullosa conduce al quebrantamiento y la caída.
Cuando somos altivos pensamos que hacer las cosas a nuestra manera es mucho mejor. Creemos que somos capaces de vivir sin la ayuda del Señor y menospreciamos la ayuda de otros. Solo cuando somos humildes, Dios puede ayudarnos a convertirnos en las personas que quiere que seamos.
El orgullo hay que tomarlo con seriedad, porque es un pecado que pone distancia entre nosotros y Dios. Dice su Palabra que “él mira de lejos al altivo”. El orgullo cubre los propios pecados, oscurece la visión de otros y obstaculiza el servicio a Dios. Presentémonos delante de Dios con un corazón contrito y humillado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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