La sanidad siempre viene
2016-01-15
1. Oración inicial
Soberano Dios te ruego que yo sea un instrumento en tus manos para ungir con aceite a los enfermos, pues en ti está el poder de sanar, tú traes medicina a los huesos abatidos, tuyo es el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”.
3. Reflexiona
Es la oración que salva al enfermo, no el aceite. En Marcos dice: “También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite.” El ungimiento debe hacerse en el nombre del Señor, señalando que el aceite no hace ningún bien sin la intervención del Señor.
La sanidad siempre viene, pues, la oración del justo puede mucho. No es Dios quien la retiene, sino los que no la reciben. Si ha impuesto las manos sobre alguien que no recibió la sanidad, no retire su fe, el poder de Dios actuará a su tiempo. Permanezca firme. Siga creyendo que “la sanidad siempre viene”.
El apóstol Juan nos da una perspectiva apropiada: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
Dios aún realiza milagros. Dios aún sana a la gente. Sin embargo, la enfermedad, el dolor y la muerte son realidades en este mundo.
La Biblia dice que en el cielo nos espera una absoluta sanidad física. Allá ya no habrá más dolor, padecimientos, enfermedades, sufrimientos o muerte.
Necesitamos estar menos preocupados por nuestra condición física en este mundo y estar preocupados por nuestra condición espiritual, pues nuestro corazón se enfocará en el cielo donde ya no tendremos que batallar más con los problemas físicos. Apocalipsis 21:4 dice: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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