La resurrección y la fe en Cristo. Parte 1
2024-02-03
1. Oración inicial
«Padre, confieso con mi boca y creo en mi corazón que tú levantaste a Jesús de los muertos, que él me sustituyó en la cruz que yo merecía. El justo murió por un injusto y por medio de la fe en este hecho he sido justificado, he sido salvado, ahora tengo vida eterna. Ayúdame a vivir para reflejar ese mismo amor que revelaste en la cruz, viviendo una vida para conocerte y agradarte en todo, en obediencia al Espíritu Santo que ahora mora en mí.»
2. Lee la palabra de Dios
«por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús», Romanos 3:23-24
3. Reflexiona
La verdad de las escrituras es que Cristo murió por todos: “y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15), y también dice: “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:6-8).
Como podemos observar, todos éramos impíos, todos estábamos destituidos de la gloria de Dios y lejos de Él, puesto que dice la escritura “todos pecaron” (Romanos 3:12, Romanos 3:23).
También hay muchos versículos que sustentan que Cristo murió para restaurar lo que se perdió en el Edén y esto tiene que ver con la humanidad misma; en 1 Corintios 15:21-22 dice: «Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados», y este “todos serán vivificados”, se refiere a todos los que creen, «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús» (Romanos 3:23-24).
Por medio de un hombre entró la muerte y por un hombre, Cristo Jesús, vino la resurrección y por medio de la fe en él, recibimos la promesa de resurrección, esto implica que nuestra vida es restaurada, somos vivificados, justificados gratuitamente por su gracia y seremos resucitados semejantes a él, cuando lo encontremos cara a cara (1 Juan 3:2).
Así que, cada uno de nosotros está llamado a creer en Jesús, a colocar su confianza plena en aquel que murió y resucitó por nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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