La prueba de nuestra fe
2020-05-17
1. Oración inicial
«Amado Padre celestial, sabemos Señor por tu Palabra que en este mundo, en el cual somos peregrinos, no encontraremos paz sino angustia porque tú lo has dicho, por ello te pedimos que en tu amor y en tu misericordia, por tu Santo Espíritu que mora en nosotros nos fortalezcas en el día de la prueba, nos des la sabiduría para afrontarla y el poder para superarla y, que el propósito para el cual tú la permites, se cumpla en nuestras vidas, para honra y gloria de tu nombre y para bendición nuestra. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Dijo También el Señor: Simón, Simón, he aquí satanás os ha pedido para Zarandearos como a trigo. Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” San Lucas 22:31-32
“Dijo Jehová a satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió satanás de delante de Jehová” Job 1:12
3. Reflexiona
En estas dos porciones de la Biblia el Señor se refiere a la prueba que fueron sometidos Job y el apóstol Pedro; dos pruebas diferentes y un mismo propósito, probar su fe. Lo primero que observamos en ellas es que ambas eran del conocimiento de Dios, es más, Dios le permite a Satanás que los pruebe. A Pedro lo pide satanás para Zarandearlo como trigo y en cuanto a Job Dios pone en manos de satanás todos sus bienes. Y así acontece en toda prueba a la que los creyentes somos sometidos, Dios la permite y satanás la ejecuta y establecido está en su Palabra: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.” (Santiago 1:13)
También observamos que Pedro es probado en lo espiritual y Job en lo material y con ello el Señor nos enseña que Él permite que seamos probados en aquello en lo que hemos sido más bendecidos. Pedro era su Discípulo y todos los días le enseñaba y le daba ejemplo, lo había bendecido espiritualmente; a Job lo había bendecido con toda riqueza material. “ Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (San Lucas 12:48b)
Se observa también que a cada prueba que el Señor permite, le establece un límite, porque el propósito de la prueba es que nos fortalezcamos en nuestra fe, confianza y esperanza en Dios y, no destruirnos; por ello le dice a Pedro “Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”, y, en su amor y misericordia, juntamente con la tentación nos da la salida. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13)
En el día de la prueba nuestra fe, confianza y esperanza debe permanecer anclada en Dios porque aunque estemos atravesando por valle de sombra de muerte no temamos mal alguno porque Él estará con nosotros y su vara y su cayado nos infundirán aliento. (Salmos 23:4)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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