La protección del Amor
2023-12-29
1. Oración inicial
«Espíritu Santo, gracias por tu amor y protección, gracias porque a diario me recuerdas tu verdad, gracias por Jesús quien me salvó del fuego eterno, y ahora puedo estar confiado de que la eternidad la pasaré junto a Ti, junto al Padre y junto al Hijo. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” Daniel 3:24-25
3. Reflexiona
El amor de Dios es un amor tan grande, que es capaz de sanar, como lo vimos en el ejemplo de la mujer del flujo de sangre, tan poderoso que es capaz de dar vida, como lo vimos en el ejemplo de la resurrección de la hija de Jairo y tan majestuoso como lo vemos en el relato de los amigos de Daniel, este amor tan maravilloso nos protege de enfermedades, circunstancias difíciles y aun de la muerte.
Los amigos de Daniel quienes fueron echados en un horno ardiente por no querer adorar la estatua del rey, al depositar su fe en Dios pudieron ver la protección del Todopoderoso, es decir pudieron experimentar la protección del Amor. Y es que el Amor de Dios tiene esa particularidad de proteger, lo vemos en el antiguo y nuevo testamento, pues sus leyes y mandatos, que son dados por amor, son para nuestra protección y bendición.
En Jesús podemos comprobar la protección del Amor, pues Él, por Amor se entregó para morir en una cruz, para proteger de la muerte a todo aquel que cree en Él, de la misma manera que protegió a aquellos jóvenes en el horno de fuego.
A Sadrac, Mesac y Abed-nego Dios los libró de las llamas de un horno de fuego, pero a todo creyente Dios lo libra de las llamas del infierno, pues su Amor hace eso por todo aquel que deposita su fe en el Hijo de Dios.
De estos jóvenes se dice en Daniel 3:27 “cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.” Y de nosotros los creyentes está escrito en Juan 10:28 “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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