La multiforme gracia de Dios. Parte 2
2024-11-17
1. Oración inicial
«Padre te alabo, porque todo lo que tengo cuando lo coloco en tus manos, por simple que sea, se vuelve extraordinario por el poder de tu Espíritu, pues tú lo encaminas en tu propósito, para tu gloria y mostrar a Jesús en mi vida. Por esto llena de tu Espíritu todo mi ser y guía mi diario caminar, En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.”, 1 Corintios 4:1
“Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.”, Hechos 6:2-3
3. Reflexiona
Pensaríamos que los dones son solo aquellos que tienen que ver con milagros o prodigios, sin embargo, cuando todo lo que hacemos lo hacemos para el Señor y con la guía de su Espíritu, Dios lo transforma, por su gracia, en un don fuera de lo común como instrumento para mostrar su gloria y su poder, para salvación de muchos y hacer proezas que ninguna persona en su propia fuerza puede hacer.
Qué maravilloso y qué privilegio es ver por ejemplo que cuando hablamos, enseñamos y aconsejamos a otros, conforme a la Palabra de Dios y con el poder de su Espíritu, las personas son sacadas de la oscuridad a la luz verdadera, nacen de nuevo por el Espíritu y se rompen cadenas o ataduras que ninguna medicina o tratamiento podría sanar.
Sin embargo, podrían ser tareas tan comunes como servir a la mesa, tal como le correspondió a jóvenes de la primera iglesia, y el requisito para esta labor era que fueran “llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (Hechos 6:3b). Pero con esta labor tan común y para muchos no tan importante comparativamente, el Espíritu Santo hace maravillas.
La próxima vez que hagamos una tarea común para servir a otros, pensemos que el Espíritu con eso tan “simple” puede salvar o sanar a alguien que tiene necesidad de Jesús.
Amar, enseñar y servir se trata de Cristo mismo en nosotros continuando su misión de restaurar corazones rotos, de liberar a los cautivos del pecado y del maligno, de consolar a los afligidos pero sobre todo de anunciar la justicia de Dios en Cristo Jesús, esto es, que Dios ejecutó su justa condena por nuestros pecados colocándolos en el Cordero sin mancha y sin pecado, para que con su muerte quedara saldada la deuda. Así que la multiforme gracia de Dios actúa de diversas maneras pero tiene un solo objetivo: la salvación de todo el que cree en Jesús.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn