La libertad de Dios
2018-10-24
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de mi Señor Jesús, tú me has dado libertad para disfrutar plenamente de tus bendiciones, no para ser esclavo de ellas, por esto guíame por tu Espíritu para vivir plenamente la libertad que Cristo pagó en la cruz del calvario. Amén
2. Lee la palabra de Dios
«como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios», 1 Pedro 2:16
3. Reflexiona
La libertad no está en hacer todo lo que queramos o en seguir sin límites lo que desean nuestros sentidos, porque esto nos lleva a ser esclavos de nuestro ego, a ser dirigidos por nuestras emociones y como consecuencia recogemos dolor y muerte; pues esta es la recompensa de andar en la carne, como nos enseña Romanos 8:6, “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”
La verdadera libertad está en hacer lo correcto, lo que agrada a Dios, guiados por su Santo Espíritu, no actuando de acuerdo a los conceptos del mundo y a sus tendencias sino de acuerdo a la Palabra de Dios.
Por lo tanto, si somos esclavos de Cristo, somos verdaderamente libres y esto trasciende en nuestra vida; si seguir los impulsos de la carne genera muerte, seguir al Espíritu que está en mí, por fe en Cristo, produce gozo, paz, vida y toda clase de consecuencias justas y verdaderas, como nos enseña Gálatas 5:16-26.
Este conocimiento de la verdadera libertad en Cristo, nos lleva a la plenitud de una relación correcta con Dios y de amor con los demás, pues solo quien experimenta la libertad de Dios puede amar con un corazón honesto y también dejar completamente el yugo del pecado.
Así que recordemos estar firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estemos otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gálatas 5:1); crucificando la carne con sus pasiones y deseos por medio de la obediencia a la guía de su Espíritu Santo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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