La intimidad con Dios es obediencia. Parte 1
2016-10-26
1. Oración inicial
Padre, tengo confianza plena en tus promesas por tu Santo Espíritu. Quita toda duda de mi carácter para vivir confiando en tu Palabra, porque tengo la completa convicción que se hará en mi vida como tú lo has dicho. Amén
2. Lee la palabra de Dios
«Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.», Génesis 12:10-13
3. Reflexiona
En Génesis 12:2 Dios le había prometido a Abraham, ” Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”; sin embargo Abraham tuvo temor por lo que le pudiera hacer el Faraón, distrajo su mirada y la colocó en su mujer no en Dios, las promesa que Dios le había dado no las tuvo en cuenta por temor a perder su vida y su mujer.
Por tanto nuestra relación con Dios debe ser íntima, armoniosa; si mi vida espiritual es completa, las relaciones con otras personas van a ser completas. La situación de Abraham es sorprendente porque al final Dios es el que le cuida la vida, al final Dios cumple su promesa y preserva la vida de Abraham, es decir no dependió su vida de Abraham mismo, sino de la promesa de Dios.
Lo que determina nuestra vida son las promesas de Dios no las situaciones actuales que se presenten, así parezcan difíciles o imposibles, es más real y verdadero lo que Dios promete que lo que nos esté sucediendo a nuestro alrededor.
Es decir que lo que determina una correcta relación intima con Dios, es el nivel de confianza que tenga en él, en sus promesas, que primeramente derivan de un conocimiento. En concusión, a través de Jesús inicia mi relación, a través del conocimiento de su Palabra tengo claridad de lo que Dios es y lo que quiere de mí, al confiar profundamente en lo que Dios dice, lo llevo a la práctica diaria y la práctica de sus principios me consolidan y me hacen permanecer constante y bendecido en todo aspecto. Confiemos hoy mas que nunca en la transformación que produce tomar confiadamente sus promesas.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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