La inmutabilidad y grandeza de Dios
2015-11-30
1. Oración inicial
Amado Dios, gracias por amarme y mostrar la grandeza de tu amor a través de tu Hijo Jesucristo, por bendecirme con toda bendición espiritual en los lugares celestiales con Cristo, hoy reconozco que eres grande, que no cambias, que tus promesas son firmes y que eres mi seguridad. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto».
«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación».
3. Reflexiona
Dios no está sujeto a cambio alguno en su ser, en sus atributos o en sus determinaciones. Por eso es comparable a una Roca. No conoce cambio alguno porque no tiene principio ni fin. El correr del tiempo no lo afecta en absoluto, es eterno, su poder no puede disminuir, ni su gloria palidecer.
Si cambiara como nosotros, si pensara hoy una cosa y mañana otra distinta como podríamos confiar en Él. Siempre es el mismo, su propósito es firme, su voluntad estable y su Palabra segura.
Por eso nos ha dado tantas bendiciones, porque cuando concede algo no lo niega después. Nos escucha y desea lo mejor para nosotros, siempre procura nuestro bien. Nos libera en medio de las debilidades, nos revela su voluntad y nos da sabiduría y entendimiento para que sepamos vivir para su Gloria.
Dios es grande por eso hoy merece nuestra alabanza y reconocimiento, es soberano sobre nuestra vida, no hay un Dios como Él grande y sublime que se deleita en misericordia y bondad. Este es el Dios que nos da seguridad, El Omnisciente, que sabe nuestro futuro, que ha olvidado nuestro pasado y que esta todos los días con nosotros en este presente, dándonos su dirección.
En Nahúm 1:7 nos dice que: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”. No es el autor de la escoria y el pecado, aunque muchos lo culpan de la situación de este mundo, el origen del mal y de las tentaciones está en nuestros propios corazones. El solo quiere que confiemos en Él. Matthew Henry dice: “Así como el sol es el mismo en la naturaleza e influye, aunque a menudo se interpongan la tierra y las nubes, haciendo lo que a nosotros nos parece variable, así Dios es inmutable y nuestros cambios y sombras no son cambios ni alteraciones en Él. Lo que el sol es en la naturaleza es Dios en gracia, providencia y gloria, e infinitamente más”.
Toda buena dádiva proviene de Dios, el que haya enviado a su Hijo para salvarnos, el habernos dado vida nueva, y todas las bendiciones de ser copartícipes con Cristo de su muerte, resurrección y ascensión, el habernos hecho nuevas criaturas, gracias a la renovación por su gracia divina. Son motivos suficientes para rendirnos hoy ante Él, y exaltarle por ser un Dios grande y sublime.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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