La gracia de Dios en la cotidianidad
2025-04-28

1. Oración inicial
«Padre, gracias por todo el favor inmerecido del que me has llenado por medio de Cristo; en este día te pido que cada vez me hagas más entendido acerca de todo el favor que por Cristo he recibido, para que conociendo lo que me has dado de gracia, pueda yo también darlo a los demás por gracia, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2 Corintios 9:8

3. Reflexiona
Como creyentes, la gracia de Dios nos cubre en todos los aspectos de nuestra vida, hemos sido salvos por gracia, somos perdonados por gracia, se nos conceden dones por gracia, y somos aptos para toda buena obra también por gracia. La gracia de Dios, como sabemos, es ese regalo, favor o bondad de Dios que recibimos de manera inmerecida gracias a la obra de nuestro Señor Jesucristo. Pero es una gracia que como lo expresa Tito 2:11-12, estamos llamados a reflejar en nuestra cotidianidad, “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,”
Entonces, contrario a nuestra propia sabiduría y a lo que la sabiduría del mundo enseña, nuestro deber es que demos a otros por gracia lo que hemos recibido de gracia. La Palabra de Dios, por ejemplo, en Efesios 4:32 dice “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Muchas veces nosotros no perdonamos a nuestro prójimo porque no nos ha pedido perdón, porque no ha cambiado su conducta y porque según nosotros, no se lo merece, pero es esa justamente la manera de pensar que debemos renovar, cambiando nuestros pensamientos por los pensamientos de Dios, para que apropiándonos de su verdad, primeramente experimentemos de manera real ese perdón que se nos ha concedido por la gracia de Cristo y así de la misma manera perdonemos a los demás como Dios a nosotros en Cristo.
De manera que, queridos hermanos, es este un llamado para que, como dice 2 Pedro 3:18, crezcamos en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pues solamente su verdad, siendo revelada y hecha realidad en nosotros por el Espíritu Santo, nos transformará y fortalecerá para que así como Dios ha hecho con nosotros, nosotros en nuestra cotidianidad también hagamos con los demás, pues el propósito de Dios al hacer que abunde en nosotros toda gracia, es que así mismo nosotros demos a los demás por gracia.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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