La gracia de Dios
2016-06-26
1. Oración inicial
Señor enséñame a comprender el verdadero significado de tu gracia, y permíteme crecer diariamente en santidad. Lléname de tu Santo Espíritu y capacítame para ser un vivo reflejo de tu amor y misericordia. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”, Romanos 6:1-2
“¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera”, Romanos 6:15
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”, Tito 2:11-13
3. Reflexiona
Es evidente que si la gracia de Dios fuera solo el perdón, concedido de forma indiscriminada a todos los que se lo pidan, la respuesta para las preguntas planteadas en Romanos sería un resonante: “Sí, porque entre más pecamos, tanto más puede Dios demostrar su abundante gracia en nosotros” Pero, la respuesta que la Biblia da es: “En ninguna manera”. O sea, no debemos pensar que la gracia de Dios consiste en el perdón que él concede de forma indiscriminada a todos los que se lo pidan y que todo se queda ahí.
El verdadero significado bíblico de la gracia de Dios está en la Biblia. El significado de la palabra original griega de gracias según la concordancia Strong dice: “La influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida”. Qué significado más noble se le atribuye a la palabra gracia. Este significado concuerda con toda la Biblia, así como leemos en el libro de Tito, donde muestra claramente que la gracia de Dios no se refiere únicamente al perdón de Dios, sino que se refiere específicamente al poder que Dios nos da para dejar de practicar el pecado en nuestra vida diaria y vivir una vida santa, día tras día.
La Biblia continua diciendo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef 2:8–10). La gracia de Dios en nuestra vida aumenta la necesidad de la santidad en la vida diaria. Dios nos advierte en términos inequívocos: “No recibáis en vano la gracia de Dios” (2 Cor 6:1).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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