La fidelidad de Dios
2019-02-05
1. Oración inicial
Amado Padre, gracias por tu fidelidad, a pesar de mis fallas has engrandecido tú misericordia cada día sobre mi vida. Gracias por poder apoyarme en ti. Eres fiel y digno de confianza. Quiero exaltarte y adorarte eternamente. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones”, Deuteronomio 7:9
“Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”, 2 Timoteo 2:13
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea”, Apocalipsis 19:11
3. Reflexiona
¿Alguna vez hemos dudado de la fidelidad de Dios? Creo que sí y puede suceder cuando estamos pasando por malos momentos. Nos olvidamos rápidamente de todo lo que Dios ha hecho por nosotros antes y llegamos a pensar que nos ha abandonado. Estamos errados, pues Dios nunca nos desampara, cualquier cosa que suceda en nuestra vida no está ajena a su voluntad. Él es fiel por naturaleza, es un atributo divino y esta virtud se asocia con la bondad que nos tiene al ser nuestro Padre.
Hablar de su fidelidad es hablar de su perfección y su inquebrantable compromiso con nosotros. Ha mostrado a través de la historia que sus pactos han sido firmes y que cumple todas las promesas de su Palabra. Tampoco podemos negar la veracidad de su testimonio en nuestras vidas, la trasformación que ha hecho en nosotros, sus respuestas a nuestras oraciones y su respaldo en todo lo que hacemos. Dios es fiel y jamás miente, lo que dice lo sostiene. Tenemos un Dios único y verdadero que no cambia.
Un Dios que es cercano y está al alcance de los que lo buscan, un Padre que no solo trae provisión, sino que nos levanta y nos sostiene en nuestras tribulaciones. Tal vez en su soberanía permite cosas que nos afligen, pero aún sigue siendo fiel, pues permanece a nuestro lado en medio de los problemas. La soberanía y la fidelidad de Dios son dos conceptos que van de la mano. Si decimos Dios es soberano, estamos reconociendo que Él tiene el derecho absoluto y exclusivo de ejercer su autoridad en la creación y todo lo que hay en ella.
Si Dios es nuestro Padre, no sólo esperemos su bendición sino su disciplina y corrección, esto es parte de su fidelidad con nosotros. Él nos mantendrá guardados del mal. Su fidelidad es inmutable frente a la infidelidad de nosotros.
El Libro de Deuteronomio nos exhorta a ser un pueblo fiel a Dios, pues somos apartados para Él, un pueblo especial con una misión específica, basada en el pacto de gracia y amor que Dios estableció a través de Jesucristo. Este pacto es para nuestro beneficio y debe conducirnos a un compromiso de obediencia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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