La confianza en Dios nos libera.
2020-06-08
1. Oración inicial
«Señor Jesús, en ti confía mi corazón, en ti reposa mi alma, porque sé que no tendré falta de nada en estos momentos de dificultad que atraviesa el mundo, trae paz a mí vida, libertad del temor, de la angustia, de la ansiedad, de la depresión y da descanso a mi cuerpo para poder dormir bien confiando en tus promesas. Dame alegría y haz resplandecer tu rostro sobre mí a pesar de las circunstancias. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración. ….. Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Salmo 4:1,6-8
3. Reflexiona
En momentos de dificultades como las que estamos viviendo, nuestro refugio como hijos de Dios es la oración. Las presiones de la vida pueden provocar en nosotros temor, angustia, ansiedad, depresión y hasta insomnio, sentimos que nuestro aliento se desvanece y que ya no podemos más. Sólo encontraremos estímulo en la presencia de Dios y en su Palabra y la certeza de que si invocamos a Dios, Él está ahí para nosotros, como dice el Salmo 145:18 “Cercano está el Señor a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras”, esto es, a todos los que le buscan con un corazón sincero.
Para salir de esos estados emocionales que nos abaten, debemos empezar orando, aunque no tengamos ganas, acercandonos con confianza a aquel que puede ayudarnos y descansar en la promesa que dice: “Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré” Salmo 91:15
Muchos en esto días, están diciendo: “nada sale bien, cómo necesitamos que sobre nosotros brille la luz de tu rostro”, pero así como a David, Dios dará alegría a nuestro corazón a pesar de la escasez y la dificultad y una alegría mayor que cuando hay abundancia y tranquilidad. Dios es bueno con nosotros, por eso en el día de la aflicción acudamos a su presencia y nos liberará del temor, la angustia, la ansiedad, la depresión y el insomnio.
Cuando no podamos dormir por estar afligidos por algún problema, meditemos en estas palabras y revisemos cómo está nuestra relación con Dios para que tengamos la seguridad y confianza de que Él nos está escuchando y que está obrando aunque no veamos todavía la respuesta.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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