La clave para llevar fruto, Parte 1
2021-04-13
1. Oración inicial
«Padre de la gloria, eres mi fuente de quien proceden todas las cosas. Vid verdadera, quiero ser ese pámpano que esté profundamente arraigado a ti, quiero que me limpies y así permanecer en ti para llevar mucho fruto que te glorifique, por eso te ruego no me permitas alejarme de tu Palabra de verdad que es la que me sostiene y me mantiene firme y limpio; gracias Dios, en el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5
3. Reflexiona
Nada podemos hacer separados de Jesús, es la advertencia que el mismo Señor nos hace.
Existe una verdad muy importante para nuestras vidas y es de mucha humildad reconocerla, y es el hecho de que en nosotros y por nosotros no podemos ni tenemos la capacidad de agradar a Dios, de servirlo y obedecerlo; como dice la Palabra, éramos vasos vacíos, muertos en nuestros delitos y pecados e hijos de desobediencia, pero Dios en su buena voluntad y gran amor decidió rescatarnos aun cuando éramos pecadores; cuando no teníamos nada que ofrecerle sino nuestros pecados Él envió a su Hijo a morir por nosotros pecadores (Romanos 5:8).
Y ahora que hemos sido rescatados, salvados, justificados y limpiados de toda nuestra maldad gracias a esa obra de nuestro Señor en la cruz, podemos por la fe en Él presentarnos delante del Padre y decirle, aquí estoy Señor, tómame y úsame como tu instrumento, haz de mí conforme a tu voluntad; oración que el Señor responderá conforme a su propósito para cada uno de nosotros; pero, sucede que tenemos la tendencia a pensar que esa misión o propósito que el Señor tiene para nuestras vidas la podemos hacer independientes de Él, pensamos que ya ha sido suficiente nuestra comunión con Él y que es hora de soltarnos y recorrer el camino solos, que Dios ya nos preparó y que ahora es nuestro turno para cosechar ese buen fruto, y es entonces cuando fallamos. No pasará mucho tiempo cuando observemos y nos demos cuenta de que las cosas no están resultando como deberían; que quizá sigo cometiendo los mismos errores del pasado, que las personas que el Señor puso a mi alrededor no me escuchan o que continuamente estoy en discusiones con otros creyentes porque pienso tener la razón y que ellos son los que están equivocados; es decir, una serie de malos frutos por no permanecer en la vid.
Hermanos, cuán equivocados estamos al pensar que en nuestras fuerzas e independencia podemos agradar o servir a Dios, nuestro Señor es claro y directo cuando nos dice que separados de Él nada podemos hacer; así que, a fortalecer cada día más nuestra comunión con Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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