La bendición depende de nosotros
2016-08-22
1. Oración inicial
Amado Señor, hazme sabio y entendido para guardar tu Palabra en mi corazón y así andar en tus caminos, sin desviarme ni a derecha, ni a izquierda. Para que tenga éxito en todo lo que emprenda y mis acciones den testimonio a otros, de que vives en mí. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel”, 1 Reyes 2:1-4
3. Reflexiona
David sabía que pronto iba a morir y esto lo lleva a aconsejar a su hijo que lo va a suceder en su trono como rey de Israel. Lo exhorta a ser piadoso, a edificar su carácter, su fe e integridad para que sea un verdadero hombre. Cuando la muerte se aproxima, es cuando podemos evaluar nuestra vida y sólo ahí nos damos cuenta, qué realmente le estamos dejando a nuestros hijos. Quizás los errores que cometimos en nuestra vida, se ven reflejados en ellos. No queremos dejarles nuestras equivocaciones y fracasos, sino lo bueno que hayamos hecho. Por eso es tan importante, empezar temprano a instruirlos y aconsejarlos en la Palabra de Dios, para que sepan conducirse en la vida cuando no estemos.
Sería muy bueno que todos los consejos de los padres a sus hijos fueran como este. Nuestra mayor preocupación debe ser su área espiritual, porque de ella dependen todas las otras áreas de sus vidas.
La autoridad de un padre moribundo y su legado, es muy importante, pero no más importante que la autoridad de Dios. Él le había hecho la promesa a David, de que el Mesías vendría de su simiente y esa promesa fue absoluta. Pero la promesa de que no faltaría hombre sobre el trono, fue condicionada al comportamiento del sucesor. Debía de andar con integridad, con sinceridad y celo de Dios, sin desviarse del camino. El éxito en la vida de un hombre, depende de su obediencia a la Palabra de Dios. Dios y su Palabra deben ser el centro de la vida de nuestros hijos, solo así garantizamos su éxito en todo lo que hagan.
Bien dice nuestro Padre en Proverbios 3:1-2: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán”.
La promesa condicional de Dios depende de nuestras acciones. Debemos honrar y obedecer al Señor y enseñarles a nuestros hijos a hacerlo. Cuando los descendientes de David no hicieron lo correcto, perdieron el trono y fracasaron. Pero su promesa incondicional, fue cumplida en Jesucristo, que vino de la línea ancestral de David para tener un trono eterno y un Reino sin fin, del cual gozaremos todos nosotros. Si somos ejemplo de obediencia, veremos bendiciones y éxito en nuestra vida y en la de nuestros hijos. Depende de nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn