La bendición del trabajo
2020-05-01
1. Oración inicial
«Padre amado, en el nombre de Jesús te damos gracias por la bendición del trabajo que tú nos das y a través del cual provees a todas nuestras necesidades materiales; por tu Santo Espíritu danos Señor el amor, la sabiduría, la inteligencia, la ciencia y el arte para hacer todo nuestro trabajo como si fuera para ti y así, con él, honrar y glorificar tu santo nombre y que en tu misericordia bendigas y prosperes todo nuestro trabajo y nuestro esfuerzo. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.” Eclesiastés 9.10
“Todas vuestras cosas sean hechas con amor.” 1 Corintios 16:14
3. Reflexiona
El trabajo, una de las actividades que más tiempo ocupa en la vida del hombre, y del cual humanamente depende la satisfacción de las necesidades materiales, muchas veces, se convierte en la razón y el objetivo de la vida del hombre que lo lleva a olvidarse de Dios, de su familia y de sí mismo. El afán de poseer se impone sobre el propósito de ser y, si bien el Señor nos dice que “Todo lo que viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”, lo hace porque nosotros no sabemos, de todo lo que hacemos, qué es lo mejor, si esto o aquello, si lo uno y lo otro, es igualmente bueno (Eclesiastés 11:6), también nos dice que debemos hacerlo según nuestras fuerzas, es decir, “en lo que requiere diligencia, no perezosos” (Romanos 12:11).
La razón por la cual nos insta a trabajar, es porque en el “Seol”, lugar donde bíblicamente reposan los muertos, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Porque los que vivimos sabemos que hemos de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido (Eclesiastés 9:5).
La clave del éxito y de la prosperidad de todo nuestro trabajo y nuestro esfuerzo nos lo da el Señor al decirnos “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” porque en todo lo que hacemos con amor está presente Dios, “porque Dios es amor” (1 Juan 4:8); todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho, debemos hacerlo en el nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él (Colosenses 3:17) y es promesa del Señor que todos los que trabajan con amor “Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol” (Job 21:13).
Por tanto, cualquiera sea la labor que desempeñemos hagámosla con amor, es decir, de la mano de Dios, con el gozo de su presencia en nuestras vidas; haciéndolo todo como si fuera para Él, “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Romanos 11:36).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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