La bendición de la entrega
2016-07-06
1. Oración inicial
Amado Dios vuelvo en amistad contigo porque anhelo la paz que sobrepasa todo entendimiento, me entrego sin reservas a ti mi Hacedor y te adoraré por siempre. Mi corazón te ama. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien”, Job 22:21
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, Romanos 12:1-2
3. Reflexiona
Amar a Dios es ofrecerse en sacrificio vivo. Este acto de entrega personal es consagración, es hacer a Jesús su Señor, tomar su cruz, morir a uno mismo, entregarse al Espíritu. Dios quiere su vida y la quiere en su totalidad, sin reservas.
La Biblia es muy clara sobre los beneficios que se reciben cuando se entrega la vida totalmente a Dios. Primero, experimenta PAZ, como lo dice Job: “Si estás de acuerdo con él, tendrás por fin la paz y las cosas te irán bien» Segundo experimenta LIBERTAD, la Biblia dice “Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”. Tercero, experimenta el PODER de Dios en su vida.
La Biblia cuenta cuando Josué se aproximaba a la mayor batalla de su vida, tuvo un encuentro con Dios, cayó en adoración ante El y entregó sus planes. Esa entrega lo condujo a una victoria grandiosa en Jericó. Esta es la paradoja: la victoria viene a través de la entrega. Entregarse no lo debilita; lo fortalece. Cuando está entregado a Dios, no tiene que temer a nada.
Alguien dijo, «La grandeza del poder de un hombre depende de la medida de su entrega.»
La gente entregada es la que Dios usa. Dios escogió a María para que fuera la madre de Jesús, no porque fuera talentosa o rica o bella, sino porque estaba totalmente entregada a Él. Cuando el ángel le explicó el plan de Dios, ella calmadamente respondió, «Soy la sierva del Señor, y estoy dispuesta a aceptar lo que él quiera.» No hay nada más poderoso que una vida entregada en las manos de Dios. Por lo tanto, entréguense completamente a Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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