La actitud hacia el dinero. Parte 1
2018-08-30
1. Oración inicial
Examíname oh Dios y mira si en mi corazón hay afán y codicia por el dinero, y límpiame de todo apasionamiento que no seas tú. Te daré siempre gracias con gozo, por lo poco o mucho que poseo. Te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste”, Proverbios 23:4
“El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas”, Proverbios 11:28
“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”, Filipenses 4:12
3. Reflexiona
Buen mensaje de un poeta noruego que escribió: “Puedes comprar comida, pero no el apetito; puedes comprar medicinas, pero no la salud; camas cómodas, pero no el sueño; libros, pero no la inteligencia; diversión, pero no el placer; conocidos, pero no la verdadera amistad; sirvientes, pero no la fidelidad, puedes comprar días tranquilos, pero no puedes comprar la paz”.
Tener un enfoque desacertado del dinero ocasiona las obsesiones. La Biblia advierte: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). Pues es el amor al dinero, y no el dinero en sí, lo que causa angustia. La obsesión por el dinero destruye familias, separa a amigos, compra conciencias y destruye vidas.
La Biblia no reprocha el dinero, ni a los ricos, sino la actitud que se tiene hacia el dinero. Las personas que se empeñan en tener más y más dinero tienen problemas emocionales y también físicos. Todo apunta a que el afán por las riquezas hace que la gente se sienta desdichada. Pablo decía que aprendiéramos a vivir en pobreza o en abundancia, en hambre o saciados, teniendo mucho o teniendo poco.
Pero para algunos es más importante el dinero que su propia familia o incluso que la vida misma, por ello han sido empujados a destruir su matrimonio, o hasta suicidarse. Por tanto debemos tener un punto de vista ecuánime del dinero, sin depender de él para ser felices. Jesús hablo: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” (Lucas 12:15)
Hermano, jamás permita que el amor al dinero eche raíces en tu corazón, más bien, dale al dinero el lugar que le corresponde, pues el primer lugar es del Señor y así el dinero vendrá como añadidura.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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