Juan el discípulo amado conoció el amor de Cristo
2024-06-15
1. Oración inicial
«Señor Jesús, hoy quiero en intimidad venir y descansar en tu presencia, quiero cultivar esa relación de amor contigo caminando diariamente a tu lado, gracias por amarme. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?” Juan 13:23-25
“Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Juan 21:20
“Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” Juan 19:26-27
3. Reflexiona
El apóstol Juan tuvo una relación muy cercana con Jesús, estaba dentro de su círculo más íntimo, tal llegó a ser su amistad con el Señor que tenía la confianza para recostarse cerca al pecho de su Maestro como lo describe Juan 13:23-25. Esta amistad que Juan cultivo al seguir al Señor, le permitió sentir y experimentar el amor de Cristo de una manera muy especial, pues él mismo es quien escribe el evangelio que lleva su nombre inspirado por el Espíritu Santo, y nos muestra ahí el impacto que el amor de Cristo tuvo en él, pues él sabía que Jesús lo amaba, y por eso al escribir de sí mismo hace referencia al discípulo a quien Jesús amaba, como lo podemos leer en Juan 21:20.
Juan caminó junto al Señor, experimentando su amor hasta el momento de su muerte, pues ahí mismo en la cruz Jesús le muestra, con el encargo de cuidar su madre, cuánta confianza le tenía, pero además le muestra cuánto lo amaba al decirle a su madre que ahí quedaba Juan como su hijo, es decir Jesús consideraba a Juan como un hermano y sabía por el sufrimiento que estaba pasando su discípulo al presenciar su crucifixión, y entendía que necesitaría del consuelo de una madre (Juan 19:26-27)
Que al igual que el apóstol Juan cultivemos una relación íntima y personal de amor con Jesús para que podamos tener la confianza de venir y descansar en su pecho aceptando por medio de la fe su ofrecimiento hecho en Mateo 11:28 que dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Pero sobre todo que podamos al igual que Juan sentirnos su discípulo amado, pues Cristo murió en la cruz por amor a ti y por amor a mí, y resucitó para que pudiéramos experimentar su gran amor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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