Jesús nuestro salvador
2016-06-09
1. Oración inicial
Señor que sería de mí si no me hubieras rescatado de la manera vana de vivir, te agradezco porque tú pagaste el precio con tu preciosa sangre. Tu eres mi Salvador, mi Dios, mi Rey. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”, Juan 4:39-42
3. Reflexiona
En el Antiguo Testamento salvar aparece con el sentido de «pagar un rescate», «pagar un precio» y el salvador es Dios mismo, lo cual significa, que saca a su pueblo de las dificultades y le ayuda en los peligros, lo libera de las manos de sus enemigos, por ejemplo de Egipto y Babilonia; perdona al pecador que al rebelarse contra su creador, merece la maldición.
En el Nuevo Testamento se repite una vez más que Dios es el salvador de los seres humanos. 1Tim 4:10 dice: “porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen”.
Sin embargo muy pronto el título de «salvador» se empieza a aplicar a Jesucristo. El Hijo de Dios ha realizado la redención mediante su propia sangre: Él es de manera plena nuestro salvador. Jesús es el salvador del mundo entero: “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo”.
El término «salvador» sugiere la idea de curación. Así, pues, Jesús, durante su ministerio, obró numerosas curaciones de diversas dolencias, echó muchos demonios, y hoy sigue obrando sanidad y salvación para todos aquellos que creen como lo hicieron los samaritanos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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