Jesús es nuestra victoria
2021-01-23
1. Oración inicial
«Señor Jesucristo, te doy gracias porque tú eres más que suficiente para mantenerme fortalecido en todo momento. Viniste a vencer al mundo y aunque hoy afronte situaciones difíciles, puedo encontrar gozo en la victoria que me diste sobre todas las cosas, con tu muerte en la cruz. Ayúdame a recordar mi identidad en ti y a entender que “soy más que vencedor” por medio de ti. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. Apocalipsis 1:9-11a
3. Reflexiona
En esta porción de Apocalipsis encontramos la historia del apóstol Juan exiliado en la isla de Patmos cumpliendo una sentencia por predicar y dar testimonio de Jesús.
Tenía una edad avanzada y hacía muchos años que Jesús había ascendido a los cielos. El cristianismo en todo oriente estaba siendo perseguido con violencia, muchos creyentes y apóstoles habían muerto por causa del evangelio.
Humanamente, para los creyentes del primer siglo, esta prueba los superaba en muchos sentidos, quizás varios perdieron la esperanza y pensaron que no era suficiente seguir caminando con Cristo, veían la promesa de su regreso muy lejana y su fe se estaba debilitando. Pero el apóstol Juan nos da un ejemplo grandioso de perseverancia, al encontrar consuelo en la presencia del Señor, pues se hallaba orando fervientemente, a pesar de las circunstancias, cuando Jesús se le presenta, no como el humilde carpintero, sino como Dios en toda su gloria y le dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”, en otras palabras ‘yo soy tu todo, yo soy tu victoria’ y le muestra el futuro para su iglesia, dándole la revelación del futuro.
En medio de las situaciones difíciles que estamos atravesando, el señor Jesucristo es suficiente para que sigamos caminando cada día, porque Él es la esperanza que vive para siempre, Él venció la muerte y triunfó en la cruz dándonos una victoria eterna y perfecta para que estemos seguros en Él. Su Palabra nos dice en Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
Si, somos más que vencedores cuando estamos en Cristo Jesús. Entonces ¿a qué tememos? Si ya Jesús venció todas las cosas, venció la tentación, la enfermedad, la pobreza, al mundo, a la muerte. Él soportó toda la injusticia humana para darnos vida y eternidad. Si ya somos vencedores entonces ¿quién le puede quitar la victoria a quien ya la tiene?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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