Jesús, el Rey exaltado por siempre
2017-01-12
1. Oración inicial
Señor hoy nos declaramos renuevos tuyos, obra de tus manos para glorificarte. Nos creaste para tu gloria, tu nos formaste y nos hiciste. Nos declaramos propiedad privada de Jesucristo quien nos compró con su preciosa sangre. Enséñanos a glorificarte en todas las áreas de nuestra vida.
2. Lee la palabra de Dios
«El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.», Isaías 60:19-22
«Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.», Filipenses 2:9-11
3. Reflexiona
Dios nos da una Palabra de libertad y consuelo divinos. Todo ello se desprende de las promesas del pacto divino. Este tiempo perfecto apunta al Reino de Cristo, al futuro del pueblo de Dios. Él será la gloria de su pueblo y su luz perpetua. Seremos justos para siempre, un pueblo bendecido y fuerte que le glorifique. Dios quiere que su pueblo le sea enteramente y eternamente devoto. Por eso no podemos fingir la devoción, Él conoce nuestros corazones y sabe si somos sinceros. Debemos buscar al Señor continuamente, expresándole de todo corazón nuestra devoción. Somos hechura de sus manos, creados para su gloria, su obra nos perfecciona cada día. Debemos rendir culto y alabanza, por ser nuestro Salvador, Hacedor, el Rey de los cielos y la tierra.
Jesús, fue exaltado a la posición más alta, por su obediencia hasta la muerte, ahora ocupa una posición de honor y gloria. Merece toda alabanza de parte de sus hijos, Esa confesión que hará toda lengua, un día la oirán todos los oídos, cuando nuestro Señor reciba, definitiva y completamente, el gobierno de todas las cosas. Declaremos su Señorío en fe, el reino de Cristo se hace presente en el marco de las actuales circunstancias.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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