Jesús el capitán
2015-10-28
1. Oración inicial
Señor Jesús, que tu voz sea mi guía diaria para la conquista espiritual de este mundo, reconociendo que mi victoria, sobre la carne, el mundo y Satanás es el resultado de mi entrega a ti y de dejarte obrar a través de mi, para vencer y prevalecer. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo».
3. Reflexiona
En este pasaje, El Dios Trino se le apareció a Josué como “El Príncipe del Ejército de Jehová”. Esto le hizo comprender que era Dios quien comandaba la conquista de la tierra prometida, que tenía un jefe superior listo para guiar a su pueblo y que el simplemente era el instrumento usado por Dios para llevar a cabo sus instrucciones. Lo reverenció quitándose el calzado de sus pies. Josué entendió, que no era tanto llevar adelante los planes del Comandante, sino conocer al Comandante. Igualmente nosotros debemos entender que nuestras victorias deben ser el resultado de nuestra entrega a Cristo en la conquista de este mundo para Él, sometiéndonos continuamente a la autoridad de Jesús. Reconociendo que el viene como el Capitán de su ejército, para conducirnos a la victoria final.
Ante un Dios Santo deben aflorar el temor reverente y el respeto. Lo podemos demostrar con nuestras actitudes y acciones.Hoy es tan importante el respeto a Dios, como lo fue en los tiempos de Josué. Con ese Capitán que “es más poderoso”, debemos entender que somos vencedores, porque su inmenso amor nos protegerá de cualquier potestad.
Que este mensaje nos aliente en nuestra batalla espiritual diaria, porque debemos descansar en la seguridad del amor de Cristo, que está presente en cada momento de nuestra vida, y entender que aún en medio de las dificultades seremos “más que vencedores, por medio de aquel que nos amó” Romanos 8:37.
Anhelemos conocerlo más, manteniendo nuestra comunión diaria, consultando su Palabra y dejándonos guiar por su Santo Espíritu. Sigámoslo de todo corazón y consagrémonos a Él, recordemos que somos soldados de su ejército espiritual.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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