Jesús así como se fue, vendrá
2019-06-01
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, te alabo y te glorifico, pues ascendiste al cielo, lugar de tu plena exaltación, concédeme permanecer atento a tu venida, para que cuando llegues me encuentres glorificando tu nombre. Prepárame para ser digno de sentarme contigo a la mesa en las bodas del Cordero, guíame con tu sabiduría para participar plenamente de tu gloria. Te amo Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y (Jesús) habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos (los discípulos), fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”, Hechos 1:9-11
3. Reflexiona
Lucas, escribe el libro de Hechos basado en la firme evidencia histórica, como lo anota: “se presentó vivo con muchas pruebas indubitables”, y nos describe el último momento de Jesús aquí en la tierra, después de la Resurrección y de aparecer corporalmente durante cuarenta días para dar instrucciones a sus discípulos y luego subir a los cielos a la posición que tenía antes de encarnarse en hombre. Pero para los discípulos era confusión, nuevamente su maestro les fue quitado. Atónitos de pie, en el monte de los Olivos, mirando fijamente al cielo tratando de entender algo que eran incapaces de comprender, pero Dios envía mensajeros angelicales que traen la promesa que Jesús a quien han visto ascender a los cielos volverá a la tierra, en otras palabras lo verán en su segunda venida. Sí, Él vendrá.
Han pasado dos mil años y muchos aún no han entendido totalmente el significado de aquel divino acontecimiento. Cristo está por venir, y el creyente debe vivir en una anhelante espera de esa gloriosa llegada. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Apocalipsis 1:7).
En la vida diaria podemos pasar nuestros días acongojados mirando al cielo, sin respuestas y sin esperanzas, pero hay una Palabra que es la misma que Jesús dio a aquellos discípulos (parafraseando): “esperen la promesa de mi Padre, el Espíritu Santo vendrá, los cubrirá y tendrán poder divino para testificar de mí y vivir una vida a plenitud”. El poder del Espíritu Santo que obró en Cristo seguirá obrando en su cuerpo que es la iglesia.
Hermano, no sabemos cuándo viene el Señor, pero debemos estar como centinelas, en obediencia y santidad esperando su regreso.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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