Jesús afirmó su rostro
2016-06-21
1. Oración inicial
Soberano Dios, cuan perfecta fue tu obra, afirmaste tu rostro para caminar a la cruz, hoy delante de ti tomo tu ejemplo para tomar mi cruz, reconfirmar mi entrega y seguir en pos de ti. Te amo señor con todo mi corazón. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén”, Lucas 9:51
3. Reflexiona
Jesús inicia su viaje definitivo a Jerusalén para enfrentar su destino. Se acercaba el tiempo en que la misión para la cual había venido Jesús a la tierra debía alcanzar su culminación. Esto es, la hora en que debía cumplirse su sacrificio, el bautismo de fuego con que debía ser bautizado. Jesús dijo en otra ocasión que él ardía de deseos para que se cumpliera. Él había venido para esa misión. Lo demás era secundario: enseñanzas, milagros, no tenían la importancia de lo que ahora debía realizar, la inmolación de sí mismo.
Se pensaría que Jesús más bien debería evitar la aproximación de esa hora, que debería tratar de postergarla, como hacemos todos cuando tenemos que enfrentar una experiencia desagradable, alargar el tiempo de espera, pero Él tiene un propósito, una meta y quiere cumplirla cuanto antes.
Con todo, era algo muy costoso en términos humanos; como hombre Jesús tenía que armarse de valor para ir al matadero. Por eso dice el texto que “afirmó su rostro”; es decir, se reafirmó en su decisión sobreponiéndose a su resistencia frente al sacrificio.
El texto dice “se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba”. No todo era, en verdad, trágico y difícil en lo que tenía por delante. Detrás de la prueba venía la liberación, la recompensa. Cumplido el sacrificio él retornaría a su Padre. Qué mayor gozo que ese.
Jesús frente a la incredulidad de las multitudes les dijo: “¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, hasta cuándo he de soportaros”. Como si dijera: ¿Hasta cuándo durará mi destierro? Porque para él estar en la tierra, por mucho que amara a sus discípulos, era un verdadero exilio. Él ansiaba verse libre de las cadenas de la carne que lo limitaban. Su espíritu gemía al verse rodeado de gente tan mezquina, malévola e incrédula. Pese a todo su compasión y amor fueron mayores para concluir con el gran sacrificio que nos dio la salvación.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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