Instruir a la juventud
2017-11-27
1. Oración inicial
Padre, quiero buscarte ahora que tengo vida y fuerza, para que mi vida tenga propósito y no sea robado mi tiempo y mis talentos haciendo cosas equivocadas. Instrúyeme en el camino de tu verdad. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas” Eclesiastés 12:1-3
3. Reflexiona
La juventud es una época muy hermosa, llena de fuerza, de amigos y de alegría, sin embargo, a pesar de durar muy poco determina el resto de nuestra vida. Mi profesión, mis amigos, mi pareja, mis gustos y muchas cosas más son determinadas o influenciadas en esta época.
Esto significa que si es influenciada negativamente, la juventud cargará consecuencias que se tendrán que sobrellevar por mucho tiempo en nuestra vida. Por ejemplo, un embarazo no deseado cambiará muchos planes y traerá dificultades.
Por esto precisamente es en esta época que los jóvenes necesitan conocer los principios de Dios, para saber qué decidir y qué hacer en cada situación que se presente. El que te creó es el único que sabe lo que verdaderamente necesitas.
Joven, la vida es corta, aún más la juventud, por lo tanto no tardes en acudir a una iglesia de sana doctrina, para que seas instruido en la verdad y liberado de la mentira, para que luego no digas en tus años: “No tengo en ellos contentamiento”, y vengan las consecuencias de no conocer a tu creador. El maligno está detrás de tu vida para destruirla y solo puedes vencerlo por medio de la obediencia a la Palabra de Dios (1 Juan 2:3).
Ahora pues, nosotros los padres y los adultos tenemos el compromiso de formar las nuevas generaciones, enseñando la Palabra de Dios con diligencia, como dice en Deuteronomio 11:19-21: “Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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