¿Hay para Dios alguna cosa difícil?
2024-01-02
1. Oración inicial
«Padre de la gloria solo tú conoces bien mi corazón y sabes todas mis necesidades, te pido conforme a tu gran misericordia proveas para mi, mi familia, mis amigos y mi nación todo lo que nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo necesitan. Déjanos ver tu gloria y ayúdanos en nuestras muchas dificultades. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto, Santiago 5:17-18
3. Reflexiona
Si todas las cosas las pudiéramos resolver en nuestras propias fuerzas simplemente no necesitaríamos la ayuda sobrenatural de Dios. Las circunstancias difíciles aparte de sacar lo mejor de nosotros mismos son la mejor oportunidad de ver la gloria de Dios manifestarse poderosamente en nuestra vida.
Elías, un gran profeta del antiguo testamento, tenía debilidades y defectos similares a los nuestros sin embargo creyó en el perdón y la misericordia de Dios y se atrevió a hacer una oración con una característica especial: su oración fue ferviente (apasionada, entusiasta, vehemente y perseverante), Dios le había hablado a este profeta del tiempo de sequía y de lluvia y con antelación le había dado su palabra de que lo ayudaría, pero la promesa que Dios le dio a Elías sólo se cumplió cuando éste oró fervientemente para que así fuera. Elías se acercó confiadamente a Dios no porque él se mereciera cosa alguna, sino porque confiaba profundamente en la gran fidelidad de Dios. Hoy nosotros podemos tener esta misma seguridad, sin importar nuestras debilidades tenemos un gran abogado en el cielo: Jesucristo, Él llevó nuestros pecados y pagó el precio por ellos y si creemos por fe y aceptamos este regalo de salvación podemos acercarnos confiadamente ante el trono de Dios para recibir misericordia y hallar gracia en el momento que lo necesitemos.
Dios sigue cumpliendo sus promesas y haciendo grandes milagros, Dios sigue escuchando nuestras oraciones fervientes y sinceras y respondiendo a nuestras necesidades. No importa qué tipo de problema tengamos, no importa si parece imposible o muy difícil de resolver; creamos en las promesas que tiene Dios para nuestra vida, oremos fervientemente y esperemos nuestro milagro. ¿Será que hay para Dios alguna cosa difícil?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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