Hacedores. Parte 3

Padre, ayúdame a construir sobre el fundamento verdadero de tu palabra, sobre Jesús, porque estaré seguro, inconmovible, de que todo lo que hago prosperará y no se caerá. Amén.

«Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa». Lucas 6:47-49

Construir la casa sobre la roca significa obedecer la Palabra de Jesús, todo lo que construyo si lo hago obedeciendo a Dios, permanecerá, no será conmovido. En caso contrario, si todo lo que hago lo he hecho sin aplicar los principios y las Palabras de Jesús, he sido un necio y todo lo que construyo tarde o temprano se derrumbará. La prudencia es obedecer la Palabra de Jesús, la piedra fundamental que sostiene mi vida y la vida de mi familia.
Esta obediencia no radica en mi propia fuerza, o en mis esfuerzos morales, sino en permitir que Cristo, quien mora en mí por su Santo Espíritu se manifieste sobrenaturalmente cuando oro, cuando tengo una relación constante con el Hijo de Dios, cuando estudio su Palabra y su Espíritu me guía a toda verdad, y cuando dispongo mi vida al servicio de su obra salvadora, anunciando el mensaje de salvación a todos. Permitir de manera voluntaria que Cristo viva a través de mi propia vida, renunciando a mí por amor a El, entonces como resultado, soy un verdadero hacedor de la palabra.