Hablar con Dios para salvación
2025-04-19

1. Oración inicial
«Padre Celestial, es sorprendente la gracia que hallamos en tus ojos por medio de Cristo; gracias porque hasta en el último momento de vida cualquier persona puede ir a ti y recibir salvación; gracias porque es suficiente la fe para que creyendo en el corazón y confesando con la boca seamos salvos. Recibe toda la gloria, honra y adoración, en el nombre de Jesús, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Lucas 23:39-43

3. Reflexiona
Es sorprendente el derroche de gracia y amor que podemos ver en Jesús hacia este ladrón, es asombroso que aun cuando este pagaba la condena impuesta por las autoridades terrenales en sus últimos momentos de vida, haya recibido la salvación.
Como seres humanos, nos cuesta mucho comprender esto, porque según nuestra sabiduría y justicia, cada persona debería recibir el trato y las consecuencias que sus obras merecen, como por ejemplo este ladrón crucificado junto a Jesús, que precisamente reprendiendo al otro dijo: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.” Sin embargo, vemos, por la respuesta de Jesús, que no es lo mismo en el reino de los cielos. El ladrón hablándole a Jesús le dice “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” A lo que el Señor le responde: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Y en estas breves palabras y este sencillo ejemplo, podemos entender cómo funciona en el reino de los cielos. La palabra de Dios en Gálatas 3:11 dice: ”Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;”
Hermanos, en el reino y la sabiduría de Dios, tiene derecho y es merecedor de recibir salvación, todo aquel que profese su fe en Jesús como Señor y Salvador; realmente ningún ser humano es lo suficientemente bueno o correcto moralmente como para no tener necesidad de la obra de Jesús en la cruz que lo salva y lo justifica, pero tampoco ninguna persona es lo escalofriantemente mala como para no ser digna o merecedora de recibir perdón de pecados y vida eterna. De modo que, nuestro llamado es para que, conociendo la gracia de nuestro Salvador, invitemos a todo el que esté a nuestro alrededor, para que, hablando con Dios, reciba su salvación.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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