Gracias por todo
2016-09-28
1. Oración inicial
Amado señor, gracias por todo lo que me das, por tu provisión espiritual y material. Todo proviene de ti, me sustentas y me sostienes con la diestra de tu justicia. Como no darte gracias y reconocimiento por todo lo que eres y por todo lo que haces por mí. Enséñame a dar de lo que poseo, a ser generoso. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura”, 1 Crónicas 29 10-15
3. Reflexiona
Que hermosa oración de gratitud a Dios del rey David. Reconoce que toda riqueza y grandeza que poseemos provienen de Dios. Reconoció que todo lo que ellos habían dado para la edificación del templo era de Dios. No podemos hacernos una idea exacta de la magnificencia del templo y los edificios que lo rodeaban y las cantidades de oro y plata que se usaron para su edificación. Pero si podemos estar seguros que el esplendor de Cristo excede cualquier riqueza material.
Esto debe llevarnos a hacer un contraste entre la naturaleza eterna de Dios y lo fugaz de nuestras vidas. Nada perdura a menos que tenga sus raíces en el carácter inmutable de Dios. Todo lo terrenal se desvanece como el polvo, por eso nuestra seguridad y confianza no pueden estar depositadas en las cosas terrenales, ni en las posesiones, ni en las personas. La Palabra dice que “el mundo pasa y sus deseos, pero solo el que hace la voluntad del Padre permanece para siempre. Nuestra vida es como la flor de un día. Sólo podemos encontrar algo permanente en nuestra relación con Dios. Su amor es eterno, nunca desaparece, ni nada, ni nadie, nos lo pueden quitar.
David solo tiene palabras de alabanza y gratitud a Dios, y así debemos hacerlo también nosotros cada día, pues la vida y todo lo que tenemos, es por la providencia divina. Aunque somos de Dios es por pura gracia, nuestra relación con Él se debe únicamente a que Dios la hizo posible, enviando a su Hijo unigénito a morir por nosotros y así quitar la barrera que nos separaba. Cristo es la más grande provisión de Dios para el hombre pecador.
La acción de gracias debe volverse parte de nuestro reconocimiento a Dios, cuando oramos y le alabamos. Pues tenemos muchos motivos para estar agradecidos y el mayor de estos nuestra salvación, que ha sido por pura gracia. Nuestra esperanza y seguridad debe estar puesta sólo en Dios que nunca falla. Reconozcamos hoy su grandeza y nuestra pequeñez.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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