Gracia abundante
2015-09-12
1. Oración inicial
Oh Dios, danos el valor y la fe para compartir tu evangelio con diligencia a otras personas, danos abundante gracia para llevar las buenas nuevas y una esperanza de vida eterna, a aquellos que están sin Cristo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
» Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos».
«Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo».
3. Reflexiona
Constantemente en nuestras oraciones diarias debemos pedir gracia abundante, la palabra “gracia” significa “el favor inmerecido de Dios”. Así como Dios por medio de su gracia nos da la salvación, cuando el Espíritu Santo obra con gran poder esa gracia se manifiesta en nosotros, independientemente de nuestra debilidad humana. La gracia es un regalo de Dios, por eso debemos pedir que su gracia sea suficiente sobre nosotros, para poder hacer lo que Él nos pida. Hemos recibido la salvación por gracia, de igual manera, podemos confiar en que esa misma gracia obrará en nosotros y a través de nosotros, así como sucedió con los primeros discípulos, que con gran autoridad y poder manifestaron la gracia de Dios en diferentes situaciones sobre muchas personas. Hoy en día, al orar en el nombre de Jesús, pidamos abundante gracia sobre nosotros, para hacerle frente a las circunstancias difíciles que se levantan cerrándonos el paso. Confiemos que la recibiremos para vencer toda situación.
La gracia de Dios nos hace vencer el temor al predicar su Palabra, al compartir las buenas nuevas, porque tenemos su bendición. Sigamos el Ejemplo de los discípulos de la iglesia primitiva, que a pesar de las amenazas por predicar en el Nombre de Jesús, siguieron adelante y compartían todos los días en el templo y en las casas, porque necesitaban crecer en su fe, los estudios bíblicos en las casas no solo satisfacían sus necesidades sino que servían para llevar a Cristo a otras personas y edificarlas en la vida de fe.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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