Gozo duradero

«Padre bueno, gozo pleno y delicias múltiples son las que hallaré a tu lado y de tu mano. Oro para que tu Santo Espíritu fluya a través de mí cada día y así pueda ver tus promesas cumplidas, tu palabra viva siendo verdad en mi vida, en el nombre del Señor Jesús, amén.»

«Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón» Salmos 119:111.
«Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmos 16:11.

La sociedad en general ilustra el gozo o la felicidad con viajes, reuniones especiales, regalos materiales y un sin número de actividades que si bien evaluamos nos daremos cuenta en nosotros mismos que esos momentos trajeron alegría y distintas emociones, pero una vez culminadas y pasando el éxtasis de la ocasión volvemos a nuestro estado real y permanente. Toma un momento para reflexionar cuál fue y es tu estado de ánimo diariamente, ¿será que aquellas cosas produjeron una alegría tan grande y profunda como para permanecer así por los siguientes días?, o ¿será que ante la mínima dificultad, la emoción de aquel momento simplemente se esfumó? Realmente si somos sinceros podemos decir certeramente que fue algo pasajero.
Pues bien, ¿por qué sucede esto?, es simplemente porque todo aquello es externo y como tal, incapaz de profundizar nuestro ser como solamente Dios lo puede hacer. Así es, si nosotros buscamos un gozo duradero y que trascienda más allá de la más grande dificultad, solo lo podremos encontrar en aquel que a pesar de sufrir persecuciones, rechazos, críticas, oposiciones, maltratos y todo tipo de injusticias, siempre se gozó. Dice la Biblia en Juan 15:10-11 “Si guardaréis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor: así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Jesús nos dice, escúchenme y atiendan mi voz, si me siguen y viven conforme yo les hablo, mi gozo estará en ustedes y así es como podrán disfrutar de un gozo verdadero y duradero.
Recordemos que el gozo es fruto del Espíritu Santo que mora en nosotros (Gálatas 5:22), así que, por medio de la relación íntima con el Señor a través de su palabra y la oración, permitámonos experimentar la promesa de Dios.