Generosidad y Prosperidad
2020-09-05
1. Oración inicial
«Amado Dios, Padre Todopoderoso y Eterno, tu misericordia es desde siempre y para siempre y alcanza y sobreabunda para todos, gracias te damos Señor por tanta generosidad con que nos has sustentado, nos sustentas y nos sustentarás todos los días de esta vida que en tu amor y en tu misericordia nos permites vivir. Aún en los momentos más terribles de nuestra vida, cuando creemos que ya no hay esperanza, tu brazo siempre estará extendido para bendecirnos, sustentarnos, socorrernos y levantarnos. Gracias amado Dios por todo lo que has hecho, por lo que haces y por todo lo que harás. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.” Proverbios 11:25
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de Mosto.” Proverbios 3:9-10
3. Reflexiona
Entendiendo la Generosidad como la propensión del ánimo a anteponer el honor, el respeto, la honestidad, la pureza, la honra y la estimación a la utilidad y al interés personal; al igual que largueza y liberalidad ante la necesidad del prójimo; explica el porqué de este proverbio: “El alma generosa será prosperada” (Proverbios 11:25a) Porque es una virtud que practicada con amor engrandece, prospera, fortalece el alma de quien la practica.
“El que saciare, él también será saciado.” Satisfacer con amor la necesidad de quien la sufre tiene una recompensa para el que lo hace, escrito está: “Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. (Lucas 6:38)
Dios también prueba nuestra generosidad para con Él al decirnos: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de Mosto.” (Proverbios 3:9-10) Este mandato se confirma en Malaquías 3:10: “Traed los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Al respecto del cumplimiento de este mandato, que a pesar de que es un mandato con una promesa de retribución muy grande, el Señor que sabe lo que cuesta cumplirlo al creyente porque no entiende que quien lo manda, no necesita de ello y, por otra parte, que nosotros no podemos dar nada a Dios si Él no nos lo da primero. Al respecto al no cumplir con este mandato dice el Señor: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.” (Malaquías 3:8)
Como creyentes debemos tener muy claro que, nuestra responsabilidad ante el Señor llega hasta depositar nuestros diezmos en el alfolí, lo que acontezca con la administración de ellos, es responsabilidad ante Dios de quien los administra; porque muchas veces esto se toma como excusa para no hacerlo y con ello, por un lado, incumplimos ante El Señor y, por otro, nos perdemos las promesas que su cumplimiento conlleva.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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