Fructifica

Señor, quiero cultivar la semilla de tu Palabra en mi vida, para crecer en las virtudes que me lleven a una vida piadosa y fructífera. Pon el deseo en mi corazón de estudiar tu Palabra. Amén.

“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. 2 Pedro 1:5-8

El apóstol Pedro nos motiva a crecer en el conocimiento de Dios, esto hará que podamos caminar en rectitud y obediencia. Debemos poner toda diligencia y esforzarnos por hacerlo. Si llenamos nuestras mentes con la Palabra de Dios estaremos plantando y cultivando esas cualidades para una vida de gracia y belleza, dando frutos para nuestra alimentación espiritual.

Todas esas semillas del fruto del Espíritu Santo dentro de nosotros deben florecer y abundar a través de nuestra vida para nutrir a otros con el conocimiento de Jesucristo. Dios nos hace partícipes de su naturaleza divina cuando nos llena del fruto de su Espíritu y es la única forma de poder vivir cristianamente, caminando hacia la santificación. Nada podemos hacer en nuestras propias fuerzas. Los frutos de la fe son siete: virtud (excelencia moral), conocimiento, dominio propio (templanza: dominio de deseos y pasiones), paciencia, piedad, afecto fraternal y amor.

Si abundan todas estas cosas podemos vencer nuestra debilidad humana y fortalecernos en el espíritu, para ser pacientes en medio de las pruebas que enfrentamos cada día. La paciencia nos llevará a la confianza y al temor de Dios que nos hará más piadosos, a crecer en el afecto fraternal y en el amor por lo demás. Toda esta posesión de gracia no dejará que estemos ociosos, estériles e infructuosos en la vida espiritual.

Obedeciendo y haciendo la voluntad de Dios, creceremos a su semejanza y en el conocimiento de Él.