Fidelidad conyugal

«Padre, has sido, el creador del matrimonio, y como todas las cosas que creaste, sé que es bueno y para la bendición de la familia. Te pido que cada día me enseñes más acerca de lo maravilloso y valioso que es este compromiso delante de ti y de la sociedad, pues busco agradarte y obedecerte en todo. En el nombre de Jesús, amén.»

“Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre.” Proverbios 5:18-19

La fidelidad conyugal es un tema que cada día se vuelve más difícil y efímero. En primer lugar están las personas que no respetan una relación y que se prestan para la infidelidad, y en segundo lugar, hoy en día es muy común ver cómo se rompe ese compromiso de amor, respeto y fidelidad que alguna vez se prometió una pareja, pues tanto hombres como mujeres a la menor dificultad en la relación optan por buscar comprensión en una tercera persona, con la que finalmente terminan siendo infieles.
En el primero de los casos, es importante recordar lo que dice la Palabra de Dios en Proverbios 5:3-5, donde nos advierten que los labios de la mujer o el hombre ajeno son dulces como la miel y sus paladares blandos como el aceite, pero esto es engañoso, porque terminan siendo amargos como el ajenjo y agudos como espada de dos filos, y finalmente llevarán por caminos de maldad y destrucción.
En segundo lugar, aunque haya días de dificultad y poco entendimiento con la pareja, eso no es excusa para ir a buscar en otra persona eso que sólo se debe confiar y esperar de la persona que Dios puso a nuestro lado para que fuera nuestro compañero, nuestra ayuda y confidente. El amor consiste en perdonar, tener paciencia, soportar, ser bondadosos y siempre estar seguros que la persona que está a nuestro lado con sus virtudes y defectos, es la que Dios dispuso para nosotros
Por lo que, el llamado es a alegrarnos con nuestra pareja, amarla, cuidarla y respetarla. No tiene sentido que todo lo vivido y aprendido en pareja se desparrame por caer en la tentación. Los días difíciles existen, pero como nos dice el Señor, busquemos siempre recrearnos en el amor.