Fe para seguir el plan divino
2017-12-17
1. Oración inicial
Amado Dios, aunque a veces no comprenda tus planes, sé que tienes lo mejor para mi vida. Enséñame a ser obediente y a perseverar confiando siempre en tus promesas. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia”. Lucas 1:30-38
3. Reflexiona
Seguir el plan de Dios para nuestra vida requiere de una gran fe. María fue elegida por Dios para llevar a cabo el supremo plan de salvación. Podríamos pensar que por ser llamados por Dios nuestras vidas serán casi perfectas, pero no es así. María no fue elegida para vivir en esplendor, su vida fue difícil. El plan de Dios requería tener un hijo fuera del matrimonio, recibir burlas por decir que concibió del Espíritu Santo, experimentar el repudio en secreto de José, montar en un burro a los nueve meses de embarazo, soportar la indiferencia de muchos que no le dieron posada para que su bebé naciera y dar a luz en un establo maloliente. La fe de María fue probada desde el principio y hasta el final cuando tuvo que soportar el dolor de perder a su Hijo con esa muerte tan cruel. Nada la hizo desistir de hacer la voluntad de Dios. Todas esas circunstancias demandaron de ella una gran fe.
Mantenerse fiel hasta el fin es de valientes que tienen la certeza de que la voluntad de Dios se cumplirá en sus vidas, aunque a veces no se entienda claramente sus propósitos. Qué gran ejemplo de fidelidad, digno de imitar.
Recordemos que como María todos hemos hallado gracia delante de Dios. Nos llamó para cumplir su plan en y a través de nosotros. Su mayor anhelo es la salvación de este mundo. ¿Estaremos dispuestos a pronunciar las mismas palabras de María? “Hágase conmigo conforme a tu palabra”. Dispongámonos a aceptar la voluntad de Dios para nuestra vida.
María fue un vaso privilegiado, escogida para llevar a cabo el milagro de la encarnación. Un milagro difícil de comprender, pero que ella aceptó sin titubear. Siempre guardó en silencio todas las cosas que iban sucediendo a su alrededor y en su vida, nunca cuestionó a Dios. Un ejemplo de obediencia y perseverancia en seguir las directivas de Dios.
Podemos pensar que nuestras características y capacidades no son lo suficientemente buenas para servir a Dios, sin embargo, Dios sabe por qué nos escogió y nos usará grandemente si confiamos en Él.
El honor de ser la madre del Mesías le trajo a María muchos sufrimientos y dolor, pero por encima de todo eso, ella sabía que su Hijo traería esperanza y salvación al mundo. Doblegó entonces sus deseos para cumplir la voluntad de Dios. Si nuestro llamado nos trae problemas, recordemos su ejemplo y esperemos pacientemente que Dios cumpla lo que quiere para nosotros. Recordemos que Dios está dispuesto a hacer lo imposible.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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