Extiende tu mano. Parte 1
2019-10-06
1. Oración inicial
Señor gracias por extender tu mano hacia mí, por perdonar mis pecados y darme una nueva vida. Amén
2. Lee la palabra de Dios
”Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.“, Mateo 9:10-13
3. Reflexiona
Cuando andamos en pecado, Jesús no está de acuerdo con esa conducta, pero esto no quiere decir que no está dispuesto a ayudarnos, a perdonar nuestro pecado y a corregirla. Cristo no participa ni apoya nuestras acciones pecaminosas, pero anhela tener una relación de amor con nosotros, para que nos apartemos del pecado.
Esta bondad, paciencia y misericordia que Cristo nos muestra es para guiarnos al arrepentimiento (Romanos 2:4), para que no nos quedemos en el error y no suframos consecuencias terribles que marchitan nuestra vida.
Por esto vino y tendió la mano a pecadores, a los que eran rechazados en una sociedad religiosa porque no podían cumplir las obras que demandaba la ley para tener acceso a un estatus de supuesta “limpieza espiritual” o acceso a Dios mediante ritos y sacrificios.
Hoy también tiende su mano a cada uno de nosotros, para que yendo a Él tengamos la fuerza de apartarnos completamente del pecado y experimentar una vida en santidad no por rituales externos, sino por lo que el Salvador vino a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). Confiemos en Él, tomemos su mano y no desperdiciemos la oportunidad de tener la vida eterna.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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