Excusas. Parte 2
2017-08-05
1. Oración inicial
Padre, me has dado a tu Espíritu, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, por lo tanto, quiero ofrecerte mi obediencia como adoración, dame la fuerza y el poder para obedecer tus preceptos. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.”
“ Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.”
“¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal. Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”
1 Samuel 15:9, 13-15, 19-21
3. Reflexiona
Los Amalecitas y varias tribus que luchaban en contra de Israel, tenían practicas antinaturales y abominables, servían a muchos dioses, pasaban a sus hijos por el fuego, entre otras cosas (Deuteronomio 20:16-18, Levítico 18:21, Levítico 20:1-6). Por tanto, Dios había ordenado ejecutar el castigo sobre estos pueblos que habían llegado al colmo de la maldad.
Dios había dado un mandato claro, pero Saúl lo interpretó a su acomodo y conveniencia, diciendo “yo he cumplido la palabra de Jehová”, tratando de mostrar la parte buena que había realizado. Una obediencia a medias no es obediencia, Dios envió a su propio hijo para que, aceptándolo en nuestra vida, tuviéramos la capacidad, la fuerza interior, para cumplir sus preceptos, para cumplir la ley de Cristo, esto es, la ley del amor. Sin embargo, nos excusamos porque mostramos un intento por hacer la voluntad de Dios, o sólo la parte que consideramos que hemos hecho bien, para tapar que no obedecemos en todo.
Las excusas son resistencia a la obediencia a Dios, ya que obedecer no es obedecer según como nos conviene o como pensamos que está bien, sino como Dios lo dice. El Señor Jesús en Juan 14:15-16b, nos dice “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad…”; cuando recibimos a Cristo, somos sellados con su Espíritu Santo y podemos, en su poder sobrenatural, obedecer sus mandamientos. ¿Cuáles son los enemigos internos o pecados que no hemos exterminado de nuestra vida?. El Espíritu Santo nos mostrará y nos dará el poder para obedecer.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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