Estamos completos en Él

Señor Jesús, gracias por responder a cada una de nuestras necesidades en la cruz y por hacernos parte de la familia de Dios, hemos sido aceptos en ti, gracias porque pagaste un precio muy alto por nosotros, tu sangre preciosa, y ahora tenemos valor; y por darnos tu Espíritu para llenarnos de tu poder. Amén.

«Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta.», Salmo 107: 9

«Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.», Colosenses 2:9-10

Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, le dijimos que hiciera de nosotros las personas que Él quiere que seamos. Le pedimos que nos completara en cada área de nuestra vida. Sabemos que cada persona es una creación especial de Dios, con defectos y virtudes, con necesidades y deseos, pero todas las personas debemos llenar ciertas necesidades comunes para sentirnos completas:
1. Sentido de pertenencia. Todos queremos formar parte de algo, por eso necesitamos nuestra familia, nuestros amigos, necesitamos de otros, es imposible vivir solos, estar con personas que nos conocen y que comparten nuestros intereses.
2. Sentido de valía. Todos queremos ser amados y valorados por lo que somos. Sin embargo, muchas personas no están convencidas de su valor, no se sienten amados ni aceptados y su baja autoestima les ha robado el gozo del Señor en sus vidas.
3. Sentido de competencia personal. Necesitamos saber que Dios nos ha provisto de habilidades, talentos y destrezas para realizar todas las cosas que Dios pone delante de nosotros pero, a veces la falta de confianza en nosotros mismos, nos impide desarrollar todo nuestro potencial y esto nos puede llevar a una vida desastrosa.
La carencia de alguna de estas áreas tendrá un impacto negativo en el crecimiento espiritual de cada uno de nosotros. ¿Estamos luchando con alguna de éstas áreas? Es tiempo de poner en manos del Señor esa necesidad y confiar en que Él completará su obra en cada uno de nosotros y la perfeccionará hasta el final. Sólo Cristo tiene las respuesta para el verdadero significado de la vida, porque El es vida. Estamos completos en El.