Equipados para servir
2015-10-07
1. Oración inicial
Señor, gracias por tus dones, ese poder espiritual adecuado y necesario para poder servirte, por colocarme en un cuerpo que es tu iglesia para desarrollarlos y así ayudar a mis hermanos. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor».
3. Reflexiona
“Cuenta una historia, que había una vez un limosnero que vio venir a su rey de lejos, y se acercó aprovechando la oportunidad para pedirle algo. Así que cuando se acercó le dijo: -¿Su majestad podría regalarme una moneda? Con gran sorpresa el rey lo miró y le dijo:-¿por qué no me das algo tú?, ¿acaso no soy yo tu rey? El mendigo no sabía que responder. Y contestó: -Su majestad yo no tengo nada soy pobre. El rey le dijo:- algo debes tener, busca.
El mendigo buscó entre sus cosas en el morral y se dio cuenta que solo tenía cinco granos de arroz para comer ese día. Pero se los dio complacido al rey. Él le dijo: -ves como si tenías algo para dar y le dio cinco monedas de oro, una por cada grano de arroz. Y dijo:- Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar”.
Al igual que el mendigo a veces le damos a Dios, nuestro Rey, lo estrictamente necesario y creemos que con eso le estamos haciendo un favor y esperamos a cambio una gran retribución de su parte. No importa que es lo que Dios nos está pidiendo, puede ser nuestro tiempo, trabajo, familia, sueños, o cualquier otra posesión que tengamos. Si nos pide algo es porque tiene un mejor plan que el nuestro. No le demos cinco granos de arroz, entreguemos confiadamente de corazón aquello a lo que estamos aferrados, pero sobre todo Él quiere que demos lo mejor de nosotros.
Dios es el que da dones a su iglesia y otorga fe y poder según su voluntad. Nuestra responsabilidad es ser fieles y ver la manera de poder servir a otros con lo que Cristo nos ha dado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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