Entendidos
2023-09-18
1. Oración inicial
«Padre Dios, te alabo y te bendigo por tu amor y tus promesas, gracias porque por la gracia de mi Señor Jesucristo las puedo tomar para mí, y gracias por tu Santo Espíritu que me permite entenderlas y las hace realidad en mi vida; gracias también por aumentar mi fe, en el nombre de Cristo Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Efesios 5:15-17
3. Reflexiona
Una tarea diaria que debemos proponernos, es tener entendimiento de la voluntad de Dios, que tengamos conocimiento pleno de lo que el Señor quiere de nosotros, como lo dice su Palabra: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9), en el contexto del pasaje anterior Pablo guiado por el Espíritu da gracias por los fieles de Colosas, pues ha escuchado que la fe de ellos crece y da fruto desde el día que conocieron la gracia de Dios verdaderamente (Colosenses 1:6), y ora para que sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, esto es, para que les sea revelada la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia espiritual.
Por eso debemos insistir en oración para que a diario cada paso que demos sea por el camino que el Señor quiere llevarnos y esto nos permitirá cumplir su propósito en nosotros. Podemos orar entonces como nos dice el Salmo: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos 32:8), para que así, tengamos toda confianza de que si disponemos todas nuestras labores, decisiones o anhelos en Cristo, Él nos guiará y dará luz para que cada paso sea con la seguridad que nos da su Palabra y la revelación que viene de su Espíritu.
Estamos tentados a actuar de manera independiente, a mirar lo que nos conviene o no, a la luz de nuestros razonamientos, pero en su Palabra está su voluntad y el Espíritu nos ayuda a entenderla y colocarla en el contexto correcto, aplicándola con sabiduría en cada situación de nuestra vida. De esto se trata la diligencia espiritual, no de mantenerse lleno de ocupaciones, sino de priorizar lo espiritual sobre lo carnal, lo eterno sobre lo perecedero o temporal. Si así hacemos, aprovechando el tiempo para conocerlo y glorificarlo, la suma de cada paso, cada día, dirigido por su Espíritu, marcará el trayecto del camino hacia su voluntad, como enseña su Palabra: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmos 143:10).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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