En los momentos de dilema busquemos a Dios

Padre celestial, dame sabiduría para tomar decisiones correctas en medio de las situaciones difíciles de la vida, actuar en tu temor, dejándome guiar por la revelación de tu Palabra para no equivocarme. Amén.

“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:20-21

La Palabra de Dios dice: “Y pensando él en esto”. Podemos imaginar ¿cómo se sentía José en los momentos previos a la revelación divina? el dolor, la agonía y la desilusión que sintió al descubrir que su novia lo había traicionado. Sentimientos humanos que generalmente llevan a tomar malas decisiones. Quiso dejarla secretamente. Sin embargo dice la Escritura que era un hombre justo. Aquí podemos ver el dilema de José. Su deber y costumbre era obedecer la Ley de Dios y esto significaría denunciar a María, lo cual la condenaría a muerte. El no quiso difamarla aun sabiendo que ese niño no era suyo. Pudo más el amor que sentía por ella y la protegió hasta donde fuera posible.

Muchas veces las situaciones de la vida nos colocan en dilemas como éste y no sabemos qué hacer. Ahí es cuando debemos orar y esperar la dirección de Dios en medio de nuestra confusión. Si nos apresuramos a tomar decisiones, podemos estar equivocándonos y empeorando la situación. José lleno de rabia y de temor supo esperar y el Señor trajo su revelación a través del ángel. Este calmó sus temores mostrándole el plan de Dios para su vida. Asumió humildemente su responsabilidad como padre adoptivo. Este niño concebido divinamente y nombrado divinamente con el nombre de Jesús, estaba dentro de la descendencia de David.

Cuando la duda y la desilusión impregnan nuestro corazón por los problemas que afrontamos, debemos buscar el rostro de Dios y la iluminación de su Palabra para que nos indique el camino que debemos seguir. El sufrimiento prueba la firmeza de nuestra fe. José estuvo dispuesto a hacer lo bueno a pesar de su dolor, e intentó actuar con justicia y con amor.

Cuando María le contó a José lo de su embarazo le fue difícil creer: Dios tuvo que enviar a un mensajero para confirmar sus palabras. Su apertura a la Palabra de Dios dicha por el ángel lo preparó para ser el padre terrenal de Jesús. Estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios y acogió a María.

Recordemos que Dios siempre nos muestra la solución más sabia a nuestros problemas. A pesar de que parecía sensato que José rompiera el noviazgo, Dios lo llevó a tomar la mejor decisión. Cuando nuestras decisiones afecten la vida de otros, siempre debemos apelar a la sabiduría divina.

A veces los acontecimientos sobrenaturales de Dios van más allá de la razón y la lógica humana, debemos entonces actuar en fe, recordando que para Dios no hay nada imposible. José sometió sus planes personales al plan divino de Dios, y tuvo el privilegio de guiar la vida de Jesús como padre terrenal, y enseñarle el oficio de la carpintería. Jesús se sometió a la autoridad de su padre y nos dio ejemplo de honrar a los progenitores.